...cabe en el fondo de mi armario,cuando me visto de venas y vuelos y la vida se hace hambre


domingo, 20 de febrero de 2011

De dilemas morales

Frente a la acera de mi casa, en la casa de las flores, una anciana blanca y bien vestida pide limosna con voz suave y triste.
A pocos metros, en la calle Princesa, una mujer rumana vestida con harapos hace lo mismo, esta vez agitando un vaso.
Estoy moralmente en contra de la limosna y no concibo el sentirme culpable por no darla (ni siquiera soy cristiano). Y sin embargo...
Sin embargo hasta en la indigencia hay clases sociales.
Al ver a la adorable anciana pienso en lo mal que tiene que pasarlo para recurrir a la mendicidad, pienso en lo afortunado que soy y en lo injusto que es el mundo.
En cambio, al ver a la ciudadana del este pienso en las tretas que usará para saquear a los pobres viandantes, en lo mal que huele y en las mafias que tendrá detrás.
Las dos piden lo mismo, y las dos se humillan por igual.
Pero mi desprecio está claramente dirigido.
Y sólo vislumbro dos razones:
 La primera es la casta social de la que provienen, la rumana siempre ha sido pobre, y es lo que le toca, no pasa nada porque lo siga siendo; a la adorable anciana le imagino como una victima de una crisis salvaje, y se encuentra fuera de lugar.
Y la segunda es mucho más sencilla: racismo puro y duro.


Y ambas son igualmente despreciables. Y mi desprecio ahora está correctamente dirigido, autodirigido.






“Si doy comida un pobre, ellos me llaman santo; si pregunto por qué los pobres no tiene comida me llaman comunista” (Helder Cámara).


Laconcienciadebaco 

sábado, 12 de febrero de 2011

Ilha das Flores

En año 1989, Jorge Furtado, brasileño, presenta este documental de 13 minutos en el festival de Berlín:




La gente se levanta y aplaude, el jurado decide que es el mejor documental del festival y lo premia.

Todo fácil, el contenido también, todos sabemos lo mal que está el mundo...

pero no viene mal repasar de vez en cuando.

Laconcienciadebaco

jueves, 10 de febrero de 2011

En apoyo del pueblo en armas

A veces el pueblo grita y se levanta.
A veces el miedo no es sólo suyo
y se invierten temerosos en temibles.

A veces los filósofos se equivocan:
a cualquier acción se contrapone,
para alcanzar el equilibrio,
otra de igual fuerza,
de sentido y dirección opuestas.

Y en ocasiones aciertan:
todo concepto existe
debido a la existencia de su contrario,
y viceversa.

Así, el miedo y el poder seguirán de mano en mano,
de manos opuestas.

Así, hasta alcanzar el equilibrio.



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