Lo que en su día sonaba a panfleto radical pseudofascista, hoy sólo puedo verlo como una premonitoria broma pesada.
"Queremos glorificar la guerra –única higiene del mundo– el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios, las bellas ideas por las cuales se muere y el desprecio de la mujer." (Punto 9 del Manifiesto Futurista)
La carga de los lanceros (1915). U. Boccioni
Sabemos que no hay que tomarse muy en serio cualquier manifiesto artístico, y menos aún al candor de las vanguardias, fuera de su ámbito de actuación. Aún así, asusta pensar que unos ideales muy semejantes alzaron a Il Duce en 1922, siendo el detonante de los estados fascistas, ya saben " Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado".
La Italia de Mussolini fue un inteligente y perverso ejemplo de propaganda artística/arquitectónica para la consecución de sus propios objetivos.
Observando las arquitecturas franquistas, o nazis, ambas construían su mundo en un salto al pasado, a lo obsoleto. La sagacidad del dictador italiano fue, precisamente, invitar, a través del Arte del régimen a una nueva era, a un gran cambio del que serían partícipes todos sus afines.
Casa del Fascio . G. Terragni
El Arte no parecía fascista.
Edificio Gabriel García Márquez. Cpd Caja Madrid
Hoy, tampoco.
Laconcienciadebaco
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